03 enero 2005

2005 triste inicio

Se reflexiona acerca de las desgracias cuando nos tocan de cerca. Hace días atrás, ver y escuchar las noticias del sismo en el sur de Asia no dejaban de ser inquietantes; sin embargo parecían demasiado alejadas de nuestra realidad como para sentir en toda su dimensión su importancia.
El incendio en Buenos Aires (que ya lleva 183 muertos) dejó un sabor amargo a nuestro 31 de diciembre de 2004. Nos pegó demasiado cerca.
En miles de mensajes electrónicos de Argentina, y alrededor del mundo, las personas se preguntan, cuestionan y reflexionan acerca de la trascendencia de la muerte. ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Qué sentido la muerte? Por un momento nos hemos animado a dejar a un costado la banalidad y el simplismo repetitivo del "felicidades". Ojalá encontremos sentido para nuestra vida en este año que acaba de comenzar.
Decíamos, con mi esposa, en un mensaje enviado a muchos amigos durante el fin de semana las siguientes palabras: "Quizás nuestros mejores deseos para este 2005 tengan que ver con la solidaridad, con la justicia en acciones concretas y una mayor sensibilidad en nosotros para asistir las necesidades de un mundo que está sufriendo". Que así sea.

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