16 enero 2007

El legado del Martin Luther King

De La Jornada

Nueva York, 15 de enero. "Sabía que nunca podría pronunciarme contra la violencia de los oprimidos en los ghettos sin primero haber hablado claramente ante el surtidor de violencia más grande en el mundo hoy día: mi propio gobierno", declaró el reverendo Martin Luther King Jr. hace casi 40 años en torno a la guerra en Vietnam, pero esas palabras no forman parte de ningún acto oficial hoy al celebrarse el día federal dedicado a esa figura.

(...) Más aún, el esfuerzo por anular parte del mensaje de disidencia King de la versión oficial revelan que sus palabras siguen vigentes 40 años después, en un país que está en medio de otra guerra. "Este negocio de quemar a seres humanos con napalm, de llenar los hogares de nuestro país con huérfanos y viudas, de inyectar la droga envenenada del odio a las venas de personas normalmente humanitarias, de enviar a casa a hombres minusválidos y sicológicamente trastornados que regresan de campos de batalla oscuros y sangrientos, eso no puede reconciliarse con la sabiduría, la justicia y el amor. Una nación que continúa, año tras año, gastando más en la defensa militar que en programas de asistencia social, se está aproximando a la muerte espiritual", declaró King en su famoso discurso el 4 de abril de 1967 en la iglesia Riverside en Nueva York.

(...) En su discurso en Nueva York, King denunció la guerra injusta contra los vietnamitas, pero también se refiere a los efectos que esto tiene contra los jóvenes estadunidenses enviados a esa guerra. Dijo que no sólo se estaba sujetando a estas tropas al "proceso brutalizador" de cualquier guerra, sino también que "estamos agregando el cinismo al proceso de muerte, ya que ellos (las tropas) se enterarán, en poco tiempo, que ninguna de las cosas en nombre de las cuales se dice que estamos luchando son parte de esto. No tarda para que entiendan que su gobierno los ha enviado a una lucha entre vietnamitas, y los más sofisticados seguramente se dan cuenta que estamos de lado de los ricos, los seguros, mientras creamos un infierno para los pobres".

Exigió: "de alguna manera esta locura tiene que detenerse. Debemos detenerla ahora". King convocó a la protesta, a todo tipo de acción contra la guerra. Condenó el silencio, incluso el suyo en los años anteriores, al declarar que era una traición. "No podemos mantenernos silenciosos mientras nuestra nación realiza una de las guerras más crueles y sin sentido de la historia".

No es sorprendente que Bush y otros políticos prefieran no recordar estas palabras, y que los grandes medios tampoco difundan este mensaje hoy. Ni siquiera la nueva presidenta de la Cámara baja ­y por lo tanto líder de la oposición política a la presidencia­ Nancy Pelosi, hizo alusión a estas palabras de King.

(...) ¿Podría ser que Reagan entendía que la forma más fácil para deshacerse de Martin Luther King Jr. era rendirle culto? Honrarlo con un día feriado que él nunca hubiese deseado para celebrar su natalicio y su muerte sin comprometernos con su visión o su amor. Es más fácil elogiar a un héroe muerto que reconocer y seguir a un profeta vivo.

Pero el creciente coro de denuncia, de protesta, y de oposición a la guerra en Irak está rodeando al presidente y otros políticos mientras escriben tarjetas a víctimas de las consecuencias de sus políticas. Unos cuantos políticos, líderes religiosos, opositores a la guerra y defensores de la historia del pueblo sí recordaron y buscaron hoy hacer rebotar los ecos de la condena moral y política del reverendo sobre la actual coyuntura. A pesar del gigantesco esfuerzo para impedirlo, la sonora voz de King y sus aliados aún rompen el silencio oficial por todo el país.

2 comentarios:

Jaaziel dijo...

Un cristiano.
Un hermano.
Se cumple las Palabras del Señor:

"Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra." Jn. 15:20

Las guardamos...

Gabriel dijo...

Que Así Sea, hermano.