22 abril 2007

Dos años

Un día como hoy quisiera encontrarte en mis sueños. Como aquella vez que te estaba esperando en la vereda de casa y vos llegabas emocionado; y al acercarte estabas tan alto que yo apenas te llegaba el centro del pecho. Esa vez nos abrazamos y lloramos de alegría.

Un día como hoy quiero agradecer cada uno de tus gestos de amor, los que conocí y aquellos que se hicieron en silencio, pues se que la mayoría fueron inmerecidos.

Un día como hoy quiero llenar de recuerdos, y de fe, esa parte mutilada de mí.

Hasta el día que estemos juntos nuevamente, espero tener el tiempo suficiente para honrar tu memoria. Siento que recién empecé.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que lindas palabras...y que nostalgicas.

Hablas de tu padre..?

Un saludo.

Unknown dijo...

Gabriel,

Hablas de tu padre, y recuerdo al mío... Un día los podremos volver a abrazar.

Un fuerte abrazo,

Ignacio

Gabriel dijo...

Brisa,

Sí,me refería a él. Gracias!

Gabriel dijo...

Ignacio,

Hay procesos de vida en los que, por lo pronto, no hay manera en que la tristeza se convierta en gozo. Sin embargo, sí puede convertirse en esperanza. Y ahí estamos.

Un abrazo,

Carolina García dijo...

Gabriel querido, esa tristeza pasa... y más aún el tiempo del "hasta pronto" que les pueda separar un diminuto instante en el océano de la eternidad. Un agradecimiento por presentar, así con tu memoria, con tu pesar, con tus palabras, a un ejemplo de padre que propicia el amor en sus hijos.
Otro abrazo.

Gabriel dijo...

Gracias Caro! De verdad.